Una vez diagnosticado el o los problemas visuales se elabora un plan de ejercicios/juegos personalizados para dar la oportunidad a los pacientes de mejorar las habilidades visuales y dar mayor eficacia al sistema visual en su conjunto.
Mediante la Terapia Visual el paciente consigue que su sistema visual funcione de una manera diferente a como lo hacía antes de la terapia, ya que se crean nuevas conexiones neurológicas.
La duración de cada programa de Terapia Visual varía en función de los síntomas y los objetivos de cada paciente.
Para culminar con éxito un programa de terapia visual se debe enseñar al paciente a extrapolar todo lo aprendido en consulta a la vida real, y es ahí donde debe surtir efecto la terapia, mejorando la vida cotidiana del paciente, mejorando el rendimiento escolar, el trabajo, la práctica de deporte…
Son numerosos los problemas que se pueden solucionar o mejorar con un programa personalizado de terapia visual:
– Ambliopía (ojo vago).
– Estrabismos.
– Problemas de eficacia visual (oculomotores, acomodativos y binoculares).
– Problemas visuales que pueden afectar al rendimiento escolar.
– Secuelas visuales tras daño cerebral adquirido (por trauma o por accidente cerebrovascular como el ictus).
– Consecuencias visuales de enfermedades neurodegenerativas (como pueden ser parkinson o esclerosis múltiple).
– Visión doble…
CUANDO EL SISTEMA VISUAL TRABAJA DE UNA MANERA MÁS EFICIENTE PUEDE PERCIBIR, PROCESAR Y COMPRENDER MÁS Y MEJOR LA INFORMACIÓN VISUAL, MEJORANDO EL RENDIMIENTO Y EL POTENCIAL DE LOS PACIENTES.