La información que entra a través de nuestros ojos llega a gran parte del cerebro. Por lo tanto, si sufrimos un daño cerebral, ya sea traumático o cerebrovascular; es muy probable que la visión se vea afectada.
Dependiendo del tipo de daño y de la intensidad del mismo, los síntomas que puede presentar una persona que ha sufrido una lesión cerebral pueden ser muy variables, tanto en cantidad como en intensidad. Pero pueden incluir una gran cantidad de síntomas como pérdida de campo visual, dificultades con la memoria, problemas para calcular las distancias, desorientación, fotofobia, evitar las aglomeraciones, que las letras estén borrosas o salten cuando leen…
En este tipo de pacientes es necesario realizar un examen visual específico para detectar cuáles son las habilidades visuales afectadas.
Luego, un programa de Terapia Visual en conjunto con otros profesionales, les ayudará a mejorar su vida cotidiana y a alcanzar la mayor autonomía posible.