Examen Visual

Es aconsejable hacer un Examen Visual desde los primeros meses de vida para asegurarnos que el sistema visual se va desarrollando correctamente.

También se recomienda justo antes de entrar al colegio, ya que si hay alguna habilidad visual que no funcione correctamente podría afectar a su rendimiento escolar.

Y como no, en adultos, pues dependiendo del puesto de trabajo de cada uno; si nuestra visión no funciona correctamente puede convertir la jornada laboral en un infierno. Además, cabe recordar que una buena visión hará que rindamos mejor a nivel deportivo.

Por esto es necesario realizar exámenes visuales completos, con una gran batería de pruebas donde se evalúen todas las habilidades visuales y, si alguna falla, ver cómo le afecta al paciente en su día a día.

En general, se pueden dividir los exámenes visuales en dos partes, aunque pueden variar dependiendo de las necesidades y problemas de cada paciente:

1. Examen de eficacia visual. En este examen detectaremos si hay algún problema de refracción (miopía, hipermetropía, astigmatismo) y si la motilidad ocular, el enfoque y la visión binocular están bien desarrolladas e integradas. También se descartará cualquier patología ocular.

2. Examen de procesamiento de la información visual. Con este examen pretendemos conocer si el paciente presenta problemas para interpretar y comprender correctamente la información que recibe a través del sistema visual para poder elaborar una respuesta adecuada.